Era un jueves de octubre. Entraste por la puerta a las ocho y media, como siempre, ataviado con tu traje hecho a medida y ese maletín obsoleto pero elegante del que no creo que te hayas desprendido aún. Hay que reconocer que tenías un físico más que agradable y que tu serena seriedad hacía de ti un hombre muy atractivo. Siempre me gustaron los hombres mayores que yo y tú me llevabas quince años.
Dejaste el maletín en una silla, exactamente en el mismo sitio que todos los días. Me besaste en la mejilla, sin mucho interés. Nuestra pareja se estaba yendo a pique, después de una boda llena de señales de advertencia que no capté y un año de desequilibrada convivencia. Nunca entendí por qué te casaste conmigo ni por qué cambiaste tanto tras la celebración. Era como si hubieras conseguido tu trofeo y ya no tuvieras que hacer nada más. Ya no tenías ganas de salir, ni de jugar, ni de charlar. La rutina era insoportable y tus manías- que al principio me divertían- comenzaron a parecerme desagradables también.
Todas mis Evas intentaron animar aquel
desacertado emparejamiento , pero era inútil: por un lado, te encerrabas cada vez más en ti mismo; por otro, descubrí tarde que eras un adicto al trabajo y, por último, comenzaste a tener dificultades para cumplir medianamente en la cama, no sé si sería por la edad o por falta de interés. Muchas de mis Evas seguían enamoradas de ti y luchaban contra todos esos inconvenientes; otras ya se estaban desencantando. Me sentía culpable porque eras una
buena persona y quise quemar - antes de darle una patada a nuestro proyecto común- el último cartucho.
Me había puesto a hacer la cena (me tocaba a mí) y
un olorcillo a pan recién hecho, a hierbas, setas y carne
impregnaba suave el aire. Sobre la mesa unos cuencos vacíos y una botella de vino con dos copas. En el centro del mantel dos
velas estrechas y largas esperaban inquietas su muerte anunciada. Había dejado mi pelo
suelto y un delantal fino anudado a la espalda
dejaba ver mi ropa interior; no llevaba nada más encima...
-¿Qué hay de
cenar? -preguntaste.
- Decídelo tú
mismo. Buffet libre.
Me miraste con cara de desaprobación.
- Paso de carne, hoy prefiero una
ensalada , si no te importa-dijiste. Llevo un día agotador. Voy a tumbarme un poco en el sofá.
Es la primera y
última vez que me ha fallado la provocación de cocinera... Menos mal que te
mandé en ese mismo instante a la mierda. Y qué a gusto me quedé. Les prometí a todas mis Evas que no volvería a casarme jamás.
Admiro tu capacidad de hacer relatos.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias. Tus palabras nos animan a compartir. Nuestra vida está llena de anécdotas y nos gusta contarlas... Eva relatora no nos deja hasta que escribimos lo que quiere...
EliminarUn beso escritor.
Ese hombre, más que cansado parece muerto.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Besos.
Hay muertos en vida, sí. Nos engañan y creemos que viven, pero no es cierto.
EliminarUn beso vivo.
Que buen relato, me ha encantado, me gustan tus relatos, entretenidos y variados.
ResponderEliminarBesos, preciosa.
Gracias, querida María.
EliminarLa vida me ha dado el regalo de poder vivir muchas aventuras en mi vida real y en mis letras...
Un beso aventurero.
A lo mejor quería que fueras al sofá... jajja, ya sé que no...
ResponderEliminarBueno, seguro que encontrarás muchos comensales que querrán carne.
Besos.
Supongo que estaba tan cansado de luchar contracorriente como yo...
EliminarUn besazo, Toro.
Qué Dios me perdone por pensar si la protagonista del relato no coincidía con la protagonista de la foto, que Dios me perdone.
ResponderEliminarBeso.
Que Dios te perdone, sí...
EliminarUn beso divertido.
No sorprende el final ya que a través del relato parecía que algo así iba a llegar.
ResponderEliminarUn saludo.
Estaba cantado.
EliminarGracias por acompañarme, Rafael.
Un beso cantado.
Yo solo le llevo nueve pero creo que suscribo la ultima frase.
ResponderEliminarBeso.
Pues bienvenido al club. Lo siento de veras.
EliminarUn beso solidario.
Un error subsanado con un buen corte de mangas.
ResponderEliminarBesos.
A veces mi Eva pacifista está de vacaciones... y cuánto me alegro.
EliminarUn beso sin mangas.
Ay.. cuando ya no hay ni ganas de discutir, todo está perdido.
ResponderEliminarSobre todo si ya ni funciona un delantal ceñido.
Un saludo
Pues sí. Era una guerra más que perdida ya...
EliminarUn beso batallador.
Me encanta romper la monotonía con imaginación, hace que el juego y el vínculo vivan ena juventud del deseo tan necesaria para no contagiarse de sedentarismo cotidiano.
ResponderEliminarVamos!! que si me pasa a mí, pongo la mesa en la luna para que las estrellas brillen más cerca y mejor en esa cena de buffet de amor.
Excelente Eva S. Escritora y saludos a todas las chicas que viven en ti.
Creo que romper la monotonía a menudo es fundamental para cualquier relación...
EliminarUn beso de cada una de mis Evas.
Me quedo leyéndote de aquí en más. Fuerza, pasión y personalidad tienen tus textos, es decir sinceridad.
ResponderEliminarAbrazo grande.
Gracias. Espero que disfrutes con mis anécdotas y pensamientos.
EliminarUn beso agradecido.
¿Ves que mal saben servirse algunos de la libertad para elegir en un bufé que se ofrece como libre? Y es que ni siquiera ante la variedad saben algunos decidirse. Hay quien con pan y queso se conforma.
ResponderEliminarEn la vida hay de todo, sí. Pero lo de este hombre no es normal, te lo digo yo...
EliminarUn beso libre.
Menudo muermo el hombre😀
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog
Un beso***
Pues sí... Muermo total. Él se lo pierde.
EliminarUn beso agradecido, querida Dalia.
La ensalada será muy sana, pero nos aleja del placer. Y una respuesta impertinente también.
ResponderEliminarGracias por traerme hasta aquí
Besos
Gracias a ti por venir.
EliminarEn la ensalada se puede echar pepino... ja ja.
Me chiflan las ensaladas, pero sin sal están sosas.
Un beso agradecido.
¿Querría comer chicha ?
ResponderEliminar:)
besos muchos
Ná de ná, chiquilla. Lo tenía que haber olvidado ya... No merece la pena.
EliminarUn beso alegre.
De las personas así es mejor alejarse.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Sin duda alguna.
ResponderEliminarUn beso oriental.
De menudo muermo te libraste...
ResponderEliminarQue se quede en el sofá!
Gracias por tu visita,encantada de conocerte.
Un beso!
No lo sabes tú bien... ja ja. Pero es una lección de vida que ya sirve para siempre. O eso espero.
EliminarUn beso agradecido.
El cuento, como decimos por estos lares colombianos tiene su salsa, porque pone a pensar al lector. Realmente se le habían acabado las ganas? Era una fantasía satisfecha? Más podían los años de él, o los menos de ella? Tocas un tema de la conducta humana, que no sólo hoy, sino siempre ha sido un tópico en el mundo de la pareja hetero, donde todo puede suceder. Grato estar aquí. Como también, el hecho de haber estado en mi blog. Un abrazo desde Colombia.
ResponderEliminarCarlos
Gracias por acompañarme en mi viaje de letras, Carlos, y gracias por tu comentario.
EliminarUn beso de bienvenida.
Ha sido un placer conocerte en mi blog ...yo mas bien escribo alguna poesía ,me gusta ...lo que tu narras es muy bueno pero es mas largo y me falta tiempo pero entraré a leer otro ratin .
ResponderEliminarAbrazos
Gracias por venir hasta aquí, Marina. El tiempo es lo más valioso que tenemos.
EliminarUn beso agradecido.
Muy irónico, muy bueno, Eva. Salud. Saludos
ResponderEliminarGracias, señor del Pozo. Es un honor tenerle en mi casa virtual.
EliminarUn beso alegre.
hay ésa idea, ¿no? del hombre que lucha por conquistar a como dé lugar a una mujer, incluso mostrando una personalidad que no le pertenece; y una vez conseguida, como que pierde todo el interés en ella. tal vez sea de la clase de hombres que sólo le interesa la fase de la conquista en una relación.
ResponderEliminarun beso.
Creo que hay personas incapaces de pasar de la fase de conquista en una relación, Draco, y él era una de esas personas, sin duda.
EliminarUn beso razonable.
Tuvo su oportunidad i no la supo ver....
ResponderEliminarUn 10 por la cocinera ;)
Pues sí. Estoy mejor ahora... Y sigo cocinando con quien me apetece, ja ja.
EliminarUn beso aromático.
casarse? what?
ResponderEliminarespero que lo del buffet libre te haya aprovechado en otras ocasiones ;-)
Cuántos errores se comenten en la vida, querida amiga.
EliminarUn beso solterísimo.