Preparando la maleta para irme a la playa, acabo de recordar una anécdota que ahora me hace sonreír, pero entonces no me hizo ninguna gracia...
Hace bastantes años, mi amiga Sara y yo nos fuimos por primera vez juntas y solas de vacaciones. Yo quería olvidar a mi ex y ella a su última conquista. Elegimos la costa italiana como destino. Todo prometía ser magnífico. Al segundo día de estancia se nos acercaron unos italianos poco agraciados, pero resueltos y simpáticos. Eran dos, tenían sólo unos años más que nosotras y también se alojaban- o eso decían- en el mismo complejo hotelero. Se mostraron la mar de solícitos y, ante la falta de un plan mejor, quedar con ellos nos pareció una oportunidad fácil para practicar inglés ( que era la lengua en la que nos entendíamos) y echarnos unas risas.
Al día siguiente, mientras dábamos un paseo por la orilla al anochecer, se nos aparecieron por sorpresa y nos propusieron un ménage à quatre (rollito a cuatro, no sé si se escribe así ). Mi amiga y yo nos miramos, nos reímos y, como no nos atraían para nada y nosotras hemos sido hasta la fecha- salvo una historia que ya contaré- de disfrutar los placeres de uno a uno, les soltamos un NO rotundo con una carcajada. Se fueron enfadados y nos dejaron solas, lo cual agradecimos porque pudimos desnudarnos y darnos un magnífico baño reparador. El reflejo de la luna en la piel bañada de mar tiene efectos mágicos.
Pasaron un par de días sin saber de ellos. Al tercer día se presentaron en la playa con cara de arrepentimiento, con unos regalos que -supuestamente- iban a suavizar el mal rollo entre nosotros: una bolsa de playa de diseño italiano, con una toalla preciosa y un bikini para cada una. Dijeron que no querían que tuviéramos mal recuerdo de la visita a su país.
Mi amiga y yo somos forofas de los bikinis; no sé cuántos tendremos en total. Ellos insistieron en que para saber que les habíamos perdonado su atrevimiento anterior, utilizáramos los bikinis y las toallas en nuestro baño de por la tarde. Mi amiga y yo accedimos, más porque los bikinis nos sentaban - sin falsa modestia- estupendamente, que por hacerles a ellos la gracia y con la condición innegociable de que después nos dejaran en paz para siempre.
Pues bien, resultó que al meternos en el agua, los BIKINIS se fueron desintegrando al contacto con el líquido y que nos quedamos totalmente en pelotas. Los muy cabrones se habían llevado nuestras bolsas y nuestras toallas también. El resto os lo imagináis.
Lo peor es que mi Eva vengativa no pudo darles un escarmiento, porque sólo sabíamos sus nombres de pila (si es que eran ésos) y no volvimos a verlos por allí. Seguramente se habían marchado ya de la ciudad.
Lo mejor es que, dos años después, mi Eva positiva tuvo la idea de llevar a su pareja de entonces, a una calita solitaria y ponerse uno de esos biikinis desnudadores.... Ni que decir que a él le encantó la sorpresa.
Veo que lección te sirvió con el tiempo. ;)
ResponderEliminarBesos
Por supuesto, querido Alfred. A todo hay que sacarle una lección positiva...
EliminarUn beso aprendiz.
Qué gamberros!!!
ResponderEliminarMecachissss....
Delincuentes, más bien... Te aseguro que no he olvidado sus caras y que tendrán su merecido si vuelven a cruzarse en mi camino.
EliminarUn beso sonriente.
Una experiencia, un relato, en realidad sea como fuera mantienes la curiosidad del lector por el mismo y vas entrelazando muy bien su contenido.
ResponderEliminarUna pizca de sensualidad, una lección de juventud, me gusta.
Enhorabuena.
Saludos Cordiales.
Gracias. La realidad supera a la ficción, a veces...
EliminarUn beso realista.
Inolvidable anécdota transformada en divertido texto, muy escrito por cierto.
ResponderEliminarAbrazos. Sí, el reflejo de la luna en la piel bañada de mar tiene efectos mágicos.
No hay verano sin baños de Luna en la piel... Es uno de mis rituales favoritos.
EliminarUn beso reflejado.
No estoy yo tan seguro de que no se quedaran escondidos a ver el resultado de su sorpresita.
ResponderEliminarBesos.
Mmmmm... No lo había pensado... Pero tendría mucho sentido: los "malos" disfrutan viendo las consecuencias de sus maldades...
EliminarUn beso pensativo.
Un abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarFeliz semana, Rafael.
EliminarUn beso de verano.
No es que sea mal pensado pero me imagine que algo parecido iba a ocurrir. Pero pelillos a la mar al fin y al cabo fue una idea para una mejor ocasión.
ResponderEliminarSaludos
Encontré esos bikinis en una página de internet y quise darle la vuelta a la tortilla...
EliminarAl parecer, hay también bañadores para hombres, por si te atreves a darle una sorpresita a tu chica...
Un beso tomando el sol.
al final como que terminaste agradeciendo el "regalo" de aquellos italianos pues le supiste sacar provecho en el futuro con una pareja mejor.
ResponderEliminarun beso.
Es uno de los lemas de mi Eva positiva: sacar bueno de lo malo.
EliminarUn beso positivo.
A pesar de todo, le encontraste utilidad al "invento" ;D ;D
ResponderEliminarSí... Mi Eva creativa no tiene līmites, afortunadamente.
EliminarUn beso creativo.
Es un texto muy divertido, lleno de candor y de ingenua belleza. Además es admirable esa bondad de tratar con tanta cortesía a los italianos de la anécdota, que yo calificaría de delito, y me da que pensar en lo mucho que debo cambiar para tener este talante tan emotivo que tu juventud atesora –sí, ya he leído que hace unos años que ocurrió, pero sigues siendo igual de joven-, alguien a quien tener como guía en esta sociedad que tanto disgustos se da por las cosas, como dejarte en una playa aislada sin ropa, que no dejan de ser una simpática anécdota.
ResponderEliminarPor cierto, estás muy guapa en la foto de este verano.
Besos.
Gracias por tus palabras, Pitt. Mi Eva tímida se ha puesto colorá.
EliminarUn beso ruborizado y candoroso.
¡UY! Picarona Evita, confieso que estoy desfasada en la moda de baño, desconocía que existan esa clase de prendas que se ¿disuelven en el agua? Los muchachitos italianos, saben latín, y pocas veces aceptan de buen grado un NO como respuesta, de eso sí tengo más conocimiento
ResponderEliminarBesitos castos :)
Internet es una mina... Se encuentra de todo... Pero de todo, de todo.
ResponderEliminarUn beso sin tacones.
jajajajajaja, una historia deliciosa. Me ha gustado
ResponderEliminarPaz
Isaac
¡Gracias! Me alegra que te gusten mis historias.
EliminarUn beso de bienvenida.
¡¡Qué cabritos!! (por ser suave).
ResponderEliminarPero la buena idea del bikini que se desintegra se la debes agradecer, jajaja.
Y no, no imagino cómo siguió la historia. ¿Había más gente en la playa? ¿Cómo salisteis del agua, cómo llegasteis al hotel...?
Besitos
Tardamos un rato en reaccionar. Después de darnos cuenta de que nuestra ropa tampoco estaba donde la habíamos dejado, pasamos un rato diciendo palabrotas y maquinando las más crueles venganzas. En la playa había poca gente y no hablaban nuestro idioma. Nos pusimos a gritar pidiendo ayuda , pero los pocos que nos prestaban atención debían pensar
Eliminarque estábamos locas o que estábamos de cachondeo. Al final nos sacaron del apuro una parejilla de abuelos que tambiénl se alojaban en nuestro hotel, dejándonos sus toallas. En el hotel nos dieron una nueva llave y acabó el susto.
Un beso veraniego.
No sabía que existían bikinis así , por curiosidad , ¿ de qué material están hechos?
ResponderEliminarLa verdad que vaya, que se fueran con todo los italianos...
¡¡Cuántas anécdotas tienes para contar¡¡
Besos¡
No tengo ni idea de qué material están hechos, pero son finos y cómodos.
ResponderEliminarHe encontrado esto, por si queréis más información sobre los bikinis :
https://www.emujer.com/un-bikini-que-se-deshace-en-el-agua/
Un beso soleado.
Muy interesante tu publicación... Volveré
ResponderEliminarGracias por tu visita y tu comentario, Trini. Aquí estaremos.
EliminarUn beso de bienvenida.
Gracias amiga por tu visita , yo hoy no tuve mucho tiempo libre , muy bonito tu relato.
ResponderEliminarTe dejo cariño amistad y admiración ...abrazos
Gracias por pasar por aquí.
EliminarUn beso de amistad.
Qué buena anécdota has traído a tu blog, me gustó mucho, te sigo...
ResponderEliminarBesos al alma.
Me alegra que te guste y que te quedes.
EliminarUn beso agradecido.
¿Donde dices que puedo encontrar unas prendas de esas?
ResponderEliminarEn internet. A mí me lo mandaron a casa.
EliminarUn beso curioso.
No sabía que existían ¡qué bueno!
ResponderEliminar"No te acostarás sin saber una cosa más"- decía mi abuela. Y mi Eva refranera lo corrobora.
EliminarUn beso aprendiz.
De toda experiencia se saca provecho, negativo o positivo, al final es la actitud lo que cuenta.
ResponderEliminarNi sabía que existían esas cosas 😁
Ha sido un placer leerte, preciosa. Regreso en estos días de mi pausa vacacional, y he querido pasar a saludarte y dejarte un abrazo.
Bsoss muchos, y feliz día!💙
Gracias por el calorcito de tus letras, Ginebra.
EliminarNos leemos.
Un beso feliz.
Una crónica de vacaciones con sorpresas, y humor, bien contada. Los tipos del cuento, retaliativos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarUn placer poder contar y que te escuchen.
EliminarUn beso narrativo.
excelente la anécdota y nunca supe que existían unas bikinis así ja...
ResponderEliminarsaludos y mi primera vez por acá....
La de cosas que existirán y desconocemos...
ResponderEliminarGracias por tu compañía y lectura.
Un beso sorpresa.