Hay navidades que nunca se olvidan y la de este año va a ser una de ellas. La cena de Nochebuena comenzó como siempre, con mis cuñadas en sus conversaciones sin sustancia, mi madre pendiente de todos, mis cuñados hablando de trabajo, mis hermanos hablando de fútbol y mis hermanas y yo riendo a carcajadas... Los niños de la casa estuvieron revolviendo todo el rato y acabamos la cena cantando (unos más desafinados que otros) unos eternos villancicos...
Cuando los niños se acostaron, pasó algo increíble. Me metí en mi antigua habitación a rebuscar entre los discos de vinilo uno de los "Pecos" para echarnos unas risas y apareció Germán (mi cuñado más pesadito y engreído, frecuente diana de mis maldades) en el umbral de la puerta.
Hace un par de meses me pareció verle por la calle tocándole el culo a una rubia tetona espantosa y me mosqueé un montón, por eso le encargué a un amigo mío pintor, amante de la fotografía y con mucho tiempo libre, que le siguiera. Resultó que Germán era todo un asiduo a los puticlubs del barrio y que estaba liado con esa deleznable rubia de bote que hacía de su enorme pechera el fundamento de su vida. Mi amigo les hizo unas fotos comprometidas y grabó algunas imágenes y me las dio en un DVD. Yo pensaba dejarle en pelotas después de la Navidad, para no amargar las fiestas al personal y todo eso, pero no me quedó más opción que hacerlo antes.
Germán se presentó en la habitación y se ofreció a ayudarme a buscar el disco.
- Te quedan dos telediarios, majete- le espeté de mal humor.
- Me encanta lo sexy y lo rebelde que eres- dijo el muy asqueroso. Ya podía tu hermana aprender un poco de ti.
Con la rapidez de un depredador, se acercó a mí por detrás y me besó en el cuello por sorpresa. Sus dedos me sorprendieron bajo mi falda corta.
- ¡ Serás hijo de puta...! - le solté mientras le daba un gran tortazo.
Los hay tontos, muy tontos y... mi cuñado. Parece mentira que conociéndome un poco, se le ocurriera tentar a la suerte de esa manera. Quizá pensó que si me ponía de su parte dejaría de incordiarle, no lo sé. Maldito imbécil.
Él salió corriendo de la habitación y le dijo a mi hermana Elena:
- Vámonos. Tu hermana Eva ha intentado liarse conmigo. No la soporto. Se lo tiene muy creído.
Mi hermana me miró incrédula. Mi Eva más temperamental saltó con energía hacia la puerta:
- De aquí no sale nadie sin ver algo que tengo que enseñaros.
Elena me conoce y sabe que yo no traiciono nunca a nadie, y mucho menos a los que quiero. Por eso, contra todo pronóstico, se rebeló y le dijo a Germán que se esperara, que quería ver de qué estaba hablando. El muy idiota se quedó también, porque además de idiota es un cotilla.
Nos sentamos en torno a la tele, puse el DVD con las fotos y los vídeos y ... la reacción ya os la imagináis: mi madre llorando, mis cuñadas con los ojos como platos, mis cuñados mirando hacia los lados y hacia abajo, mis hermanas mirando a Germán con ganas de asesinarle, mis hermanos apretando los puños, Germán mirándome a mí con odio y desencajado, negando lo evidente, y la pobre Elena con una crisis de ansiedad, sin poder creerlo...
Esta tarde la acompaño al abogado ( para celebrarlo).
Hace un par de meses me pareció verle por la calle tocándole el culo a una rubia tetona espantosa y me mosqueé un montón, por eso le encargué a un amigo mío pintor, amante de la fotografía y con mucho tiempo libre, que le siguiera. Resultó que Germán era todo un asiduo a los puticlubs del barrio y que estaba liado con esa deleznable rubia de bote que hacía de su enorme pechera el fundamento de su vida. Mi amigo les hizo unas fotos comprometidas y grabó algunas imágenes y me las dio en un DVD. Yo pensaba dejarle en pelotas después de la Navidad, para no amargar las fiestas al personal y todo eso, pero no me quedó más opción que hacerlo antes.
Germán se presentó en la habitación y se ofreció a ayudarme a buscar el disco.
- Te quedan dos telediarios, majete- le espeté de mal humor.
- Me encanta lo sexy y lo rebelde que eres- dijo el muy asqueroso. Ya podía tu hermana aprender un poco de ti.
- ¡ Serás hijo de puta...! - le solté mientras le daba un gran tortazo.
Los hay tontos, muy tontos y... mi cuñado. Parece mentira que conociéndome un poco, se le ocurriera tentar a la suerte de esa manera. Quizá pensó que si me ponía de su parte dejaría de incordiarle, no lo sé. Maldito imbécil.
Él salió corriendo de la habitación y le dijo a mi hermana Elena:
- Vámonos. Tu hermana Eva ha intentado liarse conmigo. No la soporto. Se lo tiene muy creído.
Mi hermana me miró incrédula. Mi Eva más temperamental saltó con energía hacia la puerta:
- De aquí no sale nadie sin ver algo que tengo que enseñaros.
Elena me conoce y sabe que yo no traiciono nunca a nadie, y mucho menos a los que quiero. Por eso, contra todo pronóstico, se rebeló y le dijo a Germán que se esperara, que quería ver de qué estaba hablando. El muy idiota se quedó también, porque además de idiota es un cotilla.
Nos sentamos en torno a la tele, puse el DVD con las fotos y los vídeos y ... la reacción ya os la imagináis: mi madre llorando, mis cuñadas con los ojos como platos, mis cuñados mirando hacia los lados y hacia abajo, mis hermanas mirando a Germán con ganas de asesinarle, mis hermanos apretando los puños, Germán mirándome a mí con odio y desencajado, negando lo evidente, y la pobre Elena con una crisis de ansiedad, sin poder creerlo...
Esta tarde la acompaño al abogado ( para celebrarlo).