El deseo me devora a todas horas, no consigo saciar mi sed de ti, la sed que se me instala entre las piernas y paralelamente, en el hueco que queda a la intemperie del corazón que late inquieto bajo mi seno.
Nada me consuela del vacío de tu mirada ausente, de tus manos invisbles recorriendo mi cuerpo, de tus labios besando uno a uno mis tesoros, de tu lengua caliente explorando mis continentes salvajes.
Quiero escribir en tu piel toda mi historia, la historia que comienza virgen con nuestro futuro encuentro, vivida con la fuerza del río que estalla violento después de tantos años contenido, la historia que se teje solo si se vive - intensa y sincera- entre dos.
Necesito que tú escribas también tu historia sobre mi piel, que dibujes paisajes nuevos a mi horizonte, que me enseñes estrellas que yo aún desconozco...
Busco la compañía de amores fugaces mientras espero el día en que aparezcas, pero sólo consigo que esta rabia triste que carcome mi alma se haga más firme, que este deseo ávido me estremezca los días y las noches, que la frágil esperanza de hallarte después de tanto tiempo me ahogue cruel cada minuto incompleto del borroso horizonte de mi presente....