Los que me conocéis sabéis que soy un ave inquieta, inconstante y volátil, aunque con firmes convicciones.
Cada cierto tiempo necesito escaparme y volar lejos. Emigro, exploro, me reencuentro, me re-creo y renazco de nuevo.
Tres años han sido suficientes; quizá demasiados. Siempre corro el riesgo de ser olvidada, pero no sé funcionar de otro modo.
Este otoño volveré a compartir mis aventuras y pensamientos...
Os quiero.
Gracias por seguir latiendo cerca.