domingo, mayo 16, 2021

Aquellas siestas



       Tenía catorce años, la mirada inquisidora y segura, el cuerpo prieto, la piel frutal y unos senos redondos y bien formados. Veraneaba entonces en casa de mi abuela materna, en un pueblecito cercano a la playa. Era un lugar de reunión familiar de tíos y primos. Dormíamos la siesta en una amplia buhardilla, todos los primos juntos, en colchones en el suelo. A veces invitábamos a algún amigo de la pandilla. Y muchas veces, te invitábamos a ti, que eras como de la familia aún sin serlo.

          Sabía que yo te gustaba, que te volvía loco; me devoraban tus ojos a cada instante silencioso y disimulado. Yo jugaba contigo a hacerme la encontradiza, a rozarte sin querer a cada paso... y, mira por dónde, te tocó dormir a mi lado. Nunca he creído en las casualidades. Quise probarte, quise probarme a mí misma y a ese imán que descubría dentro de mí cada día que pasaba.  Así era yo entonces (a ratitos, claro). En la pandilla todos me tenían un poco de miedo por mi carácter fuerte y tú eras tan  tímido y modoso...

         Para dormir me puse una camiseta de tirantes y me quité el sostén. Me tumbé de lado, mirando hacia ti. Te sonreí y cerré los ojos, haciendo que dormía. Tenías tus ojos clavados en el canalillo de mi escote y en el recorrido de mi silueta desde mi flequillo hasta la punta de los pies. Cuando me aseguré de que todos estaban dormidos, me moví, como en sueños, y dejé escapar de la camiseta uno de mis rosados pezones.

     No podía abrir los ojos, pero sentía tu aliento cada vez más cerca, el calor de tu mano indecisa acercándose a mi pezón erigiéndose... Entreabrí los ojos y alejaste tu mano, poniéndote colorado como un tomate. Volví a hacerme la dormida, mientras me excitaba la idea de tenerte tan cerca luchando contra tu instinto. Mi cuerpo despertaba al deseo. Notaba la dureza de mis pezones y un calor que subía entre mis piernas, te notaba otra vez cerca...

    Entonces lo hiciste. Dejaste que tu dedo índice recorriera el borde de mi pezón, acariciándome con una deliciosa suavidad. Te dejé disfrutar (me dejé disfrutar) durante unos minutos así y pronto sentí tu aliento cerca de mi seno. Una lengua infantil y temblorosa recorrió mi rosado sendero y endureció aún más mi pezón, noté mi sexo húmedo entre los muslos... 

     Una bofetada enorme y sonora acabó con todo aquello.

      - Eres un cerdo-te dije. Y me quedé tan ancha.

      Después ya nunca más me miraste a los ojos. Yo me sentía feliz porque había ganado, aunque aún no sé exactamente el qué.

33 comentarios:

  1. Bueno, al menos no lo capaste... algo es algo.

    Joder...

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  2. Mi Eva-buena me fastidia algunos planes... ja ja.
    Un beso agradecido.

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  3. Estas segura de que ganaste?
    Hay momentos en que la victoria no merece la pena.

    Me gusta lo que leo por aqui

    Saludos.

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    1. Ahora sé que no gané... ja ja.
      Pero entonces...
      Un beso agradecido.

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  4. El juego de la provocación. La adolescencia y sus hormonas. Un bonito recuerdo.

    Con tu permiso me quedo por aquí, Eva.

    Mil besitos y feliz día.

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    1. Encantada de tenerte con nosotras, Auroratris.
      Un beso múltiple.

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  5. Jajaja me ha hecho gracia el comentario de Toro.

    Un placer leerte, preciosa.

    Un beso enorme.

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    1. Es que desde el punto de vista masculino... la cosa se ve distinta, supongo.

      Un beso sideral.

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  6. Una adolescente chiquilla descubriendo su poder de seducccion. Bonita historia, un placer leerte. Saludos.

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    1. Qué tiempos aquellos...quién los volviera a pillar...
      Un beso joven.

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  7. El juego de la provocación.

    Besos.

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    1. Ese juego que tanto nos gusta a tantas y a tantos...
      Un beso redondo.

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  8. Gracias a ti, Evan.
    La adolescencia es una etapa tan importante en el crecimiento...

    Un beso sonriente.

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  9. Lo vivi es hermoso pero me quedo con mi hoy grandioso

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    1. Sin duda. Pero recordar, a veces, es divertido, o esclarecedor, o simplemente entrañable.

      Un beso de memoria.

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  10. Me ha gustado mucho tu escritura.De adolescente viví una siesta parecida en la finca familiar de Andalucía. Mi prima se portó más cruelmente que tú. Se "vengó"
    con un chivatazo a mi abuela...
    Un beso de colega aún herido.

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    1. Temibles abuelas... ja ja.
      Gracias por quedarte cerca.
      Un beso sanador, colega herido.

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  11. Me quedé congelado con el final, pero claro, la mujer siempre es imprevisible. Y me recuerda también a algunas historias mías, por suerte con satisfactorio desarrollo, tal vez si algún día querés acercarte a leerla, es la que se llama "Con el viento en su mano".
    Tu relato es brillante, me encantó por varios motivos, pero sobre todo por haber sido escrito casi como con la misma inocencia de entonces.
    Un gusto encontrarte en el mar virtual.
    Abrazo desde el fin del mundo.

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    1. ¡Muchas gracias, Navegante!
      Nos leemos.

      Un beso virtual y marino.

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  12. De casualidad en tu casa y grato descubrimiento para mi.Buena narrativa.Saludos desde CHILE.

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    1. Gracias por visitar mi rinconcito y por dejarme el regalo de tus palabras.
      Espero que disfrutes con mis letras.

      Un beso agradecido.

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  13. La vida tiene estas cosas,a veces nos negamos el disfrutarla.
    Besos.

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  14. Me alegra que me hayas visitado; por la visita en si, pero sobre todo porque me has mostrado el camino a tu blog. Me gusta.
    Besos.

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    1. A mí también me alegra que estés por aquí.

      Un beso anfitrión.

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  15. Uau!, que loucura...
    Estou seguindo o seu BLOG
    Beijos, muitos beijos.




    .

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  16. Me parece que yo no habría sido capaz de detener esa lengua...

    Besos.

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    1. Estarías más madura que yo... ja ja.
      Un beso agradecido.

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  17. Quizás no todo sean horrores
    Aún quedan magos
    tras tragos de largos estragos,
    dolores, se tornan placeres...
    Aciagos temores, tambores,
    el miedo se esfuma, no llores

    {AM - Memorias del Ángel Cautivo mi Señora

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    1. Gracias por pasar por aquí, señor Arsenal.
      Un beso esfumado.

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  18. Deberias haber disfrutado un ratito mas jajajaja

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    1. Ahora lo haría, ja ja... pero era tan jovencita...

      Un beso, Bella.

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