Siempre me ha gustado jugar con la luz y con las sombras cuando se posan en las paredes, en las telas, en la hierba, en los caminos, en los cristales, en el agua, en las manos, en el pelo, en la piel... Me divierto atrapando instantes en blanco y negro o en color, según se tercie la ocasión. Disfruto de esa magia que consigue que el tiempo se detenga y que todo permanezca eterno e incorrupto a través de la imagen, listo para ser disfrutado y sentido por cualquier persona al cabo de los meses o los años...
Me seduce especialmente diseñar paisajes de luces y sombras en el cuerpo humano, porque, al fin y al cabo...¿no estamos hechos de luces y sombras? ¿No ven los demás solo las sombras o las luces que nosotros dejamos que fotografíen como únicas y verdaderas?
Ciertamente estamos, los humanos, hechos de luces y sombras: tanto por fuera como por dentro.
ResponderEliminarVa un abrazo, Eva.
Así es. Gracias por venir y por regalarme tus palabras.
ResponderEliminarUn beso de luz.
¿eres más sombra que luz, o más luz que sombra? dados tus múltiples yo, debe ser un tanto difícil definirlo, supongo.
ResponderEliminarun beso y feliz semana.
Buenos días, Eva, esas sombras y luces representan loa que es la vida.
ResponderEliminarEn las sombras hallamos muchas cosas de nosotros que ignoramos y en las luces brillamos.
Un besote, buen inicio de semana.
Jugar con las sombras es entretenido y puede ser relajante o lo contrario. Sigue siendo luz entre blancos y negros. Abrazo
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