lunes, 30 de septiembre de 2024

POR EL PRINCIPIO

                               

( No, no soy yo, pero me parezco...) 

       
          Muchas veces pienso en el principio de todo esto, en la niñez que guarda todas las llaves, en la primera vez que yo me di cuenta de que no era una, sino varias. Probablemente la educación estricta que recibí de niña haya contribuido a que sea como soy, aunque yo no lo haya aceptado hasta hace poco tiempo. Toda la perfección que me exigían, el sentimiento de culpa por no hacer las cosas al agrado de mis padres o de mis maestras... Acababa de cumplir diez años cuando llegué al convencimiento de que éramos dos: la buena Eva, la estudiosa, la brillante, la solidaria, la compasiva, la buena hija, la educada... y la otra "Eva": la oculta, la mala, la traviesa, la perversa, la vengativa, la cruel... Y pensaba entonces que sólo una de las dos podía sobrevivir...

          Tuve mi primer novio con once años (o eso creo, porque no recuerdo casi nada de antes de esa edad). Su madre le decía: "¿Has visto qué chica más guapa, más lista y más buena ?", "Tendrías que quedar más con ella"... y cosas así. El chico era demasiado pánfilo y parado y a mí no me gustaba nada, pero nuestros padres se conocían desde siempre y mi madre hacía igual: "¿No te gusta ese niño?", "¿Por qué no le invitas a merendar?", "¡Es educadísimo!", "Hacéis buena pareja"...

          Tuve claro que nuestros padres no pararían hasta que no saliéramos y se convencieran ellos mismos de que emparejarnos era un doloroso error. Por eso, cara a la galería, fuimos "novios" durante casi tres meses.

          El primer día que estuvimos a solas, le agarré fuertemente de sus partes más nobles y le dije al oído: "Vamos a ser novios unos meses y mientras vas a hacer lo que yo quiera...¿Has oído?"  Casi se hace pis, el pobre. Sé ahora que fue muy cruel, pero desde mi preadolescencia yo solo me sentía fuerte haciendo ese tipo de cosas y creyéndome con el control... El se quejó alguna vez a sus padres, pero no le creyeron.

        A los tres meses menos dos días, respiró con alivio cuando le dije que el trato había terminado; para entonces yo ya había puesto los ojos en un chico seis años mayor que yo...

6 comentarios:

  1. Una niña que ya sabia lo que quería, es una mujer fuerte en un futuro entre hombres.
    Un saludo.

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  2. Para pensar un poquito, gracias.
    Un abrazo.

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  3. ¿Y qué tipo de cosas te hacen sentir fuerte ahora? No, tranquila, no es necesario que respondas. Es sólo que dejé que mi curiosidad escribiera en voz alta ;)

    Me alegra muchísimo ver que has vuelto al blog. Aunque yo he estado temporadas alejada también, cuando venía te echaba de menos

    Besos

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  4. ¿no serás una chica géminis?

    das a entender que tienes doble personalidad.

    apuntas también a haber sido una lolita.

    no hay problema, cada persona es todo un mundo.

    un beso.

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  5. ya recuerdo que alguna vez nos habías hablado de las diferentes evas que hay en ti. :) tal vez eso ocurre cuando hay un conflicto entre lo que esperaban de nosotros y lo que somos en realidad, o entre lo que nos enseñaron y las ideas propias que hemos desarrollado.
    el amor tiene que surgir espontáneamente, no te pueden decir "ve con este chico/a, que a ti te va muy bien".
    besos!!

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  6. Jajajaja, si le pones la mano en el hombro también hubiera funcionado. Joder, yo ya iba salido con once años y nunca me pasaban ese tipo de cosas. El mundo a esa edad también es injusto.

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