Ayer por la tarde me llamó mi amiga Rosa, una mujer madura y alegre que lleva muchos años sin pareja por propia voluntad y es feliz con su vida. Lo está pasando mal en el confinamiento, porque vive también sola...
- Ni te imaginas lo que me ha pasado esta mañana...- dijo.
- Poco será, sin poder salir... Cuenta, cuenta...
- Verás, hace un par de días comencé a chatear con un hombre encantador en las redes. Nos dimos el teléfono y pasamos a hablarnos con mensajes y luego por voz. Es un hombre de mi edad y separado.
- Bueno, eso no tiene nada de...
- Eva, qué impaciente eres. Escúchame. Necesito contárselo a alguien...
- Perdona, Me callo.
- Pues verás, esta mañana, le pongo buenos días y me contesta con una vídeo llamada . No nos habíamos visto nunca. Me pilla recién levantada y pienso que me hubiera gustado que me viera un poco más arreglada, pero pienso: "No tengo nada que perder"y me lanzo a la piscina. Mi sorpresa empieza cuando veo que él no habla y que está afeitándose en el baño, con el torso desnudo y con una toalla en la cintura....
- ¿ Y no colgaste?
- Lo hubiera hecho, pero me entró curiosidad... Estas cosas, a mi edad, no pasan todos los días y el hombre estaba muy bien "terminadito", ya me entiendes. Me gustó muchísimo. Tanto que me entró un calentón ya sabes tú dónde... (Nos reímos).
- Sigue, sigue...
- Bueno, pues no contento con eso, va el tío, coloca el móvil en otro sitio, se despelota y se mete en la ducha... Joder, tía... Está fatal que lo diga, pero me puse como una perra en celo... Empecé a decirle burradas, pero él no las debía oír con el ruido del agua. Ni siquiera me miraba... Eso me ponía aún más.
- ¿ Burradas, tú? No me lo creo...
- Que sí, que me sacó lo más salvaje de mí, te lo juro...Si hasta me da corte contarte el final....
- Eso ni se te ocurra. Quiero todos los detalles ...
- Él cantaba. Se frotaba todo el cuerpo con jabón y cantaba. Y yo empecé a tocarme sin que me viera, con la pantalla de mi móvil sólo mostrando mi cara...la piel se me erizaba y le deseé como hacía tiempo que no deseaba a nadie... El caso es que cuando se dio la vuelta... Tenía un falo enorme, tía. Nunca había visto uno así... Toda la situación invitaba a... bueno, ya sabes... el vaho en el baño, el cuerpo desnudo y ese apéndice erguido y tan generoso...
- Alucinada estoy. Continúa...
- Le pedí que se tocara para mí.
- ¡No me lo puedo creer!¡ Pero si tú eres súper cortada...!
- Ya ves, serán cosas del confinamiento. El caso es que comenzó a hacerlo y yo en el otro lado de la pantalla también. Noté que estaba llegando al final y no se me ocurrió otra cosa que abrir la boca...
- Flipo contigo.
- Todo acabó cuando la pantalla de su móvil se tiñó con una cortina blanca... Entonces sí colgué.
- Qué fuerte. Joder con la monjita. ¿Y vas a volver a llamarle?
- No sé, ¿ tú qué harías? Nadie en diez años me ha puesto así...